Entrevista a Antonio Márquez Ordóñez, experto en inclusión y DUA

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Antonio A. Márquez Ordóñez es maestro de pedagogía inclusiva desde 2004. En 2018 crea Aula Desigual, empresa de formación y asesoramiento pedagógico en materia de inclusión, innovación y competencia digital. Ha sido asesor experto en DUA y modelo pedagógico del Proyecto REA DUA Andalucía. En 2023 ha participado en la elaboración del marco de evaluación de la inclusión, que se incluye en la Evaluación General del Sistema Educativo y Pruebas de Diagnóstico del INEE. | @AMarquezOrdonez |

¿Cuál es la importancia de identificar y superar las barreras en el ámbito educativo y cómo pueden afectar el progreso de los estudiantes?

Cuando tratamos de ofrecer una adecuada respuesta educativa al alumnado, especialmente al que presente necesidades específicas de apoyo educativo, lo frecuente es que nos centremos en sus dificultades para aprender, poniendo así el foco del problema en el propio alumno o alumna. Y aunque conocer estas dificultades concretas va a ser un factor importante en esa respuesta educativa, no siempre va a tener la solución del problema porque, a veces, el problema no está solo en el alumno o alumna, sino en el propio diseño de las tareas y actividades encomendadas. Cuando planificamos la propuesta de trabajo en el aula con el alumnado, las tareas o actividades que diseñamos pueden contener diferentes barreras que hagan que el aprendizaje sea dificultoso para el alumnado en general y, especialmente, para el alumnado con NEAE. Esa barrera puede resultar difícil de superar dependiendo del tipo de dificultades que tenga cada alumno en particular. Si, en lugar de poner todo nuestro empeño en determinar qué dificultades concretas tiene cada alumno/a para ofrecerle una variante que se ajuste a sus características, pusiésemos un primer empeño en detectar la posible barrera que lleva implícita la actividad para tratar de eliminarla, ganaríamos mucho tiempo y esfuerzo, ya que no se trataría de realizar diferentes actividades según el tipo de dificultad de cada alumno o alumna, sino elaborar esa actividad libre de barreras para que sea posible realizarla por todos.

¿Qué es el diseño universal para el aprendizaje (DUA) y cómo puede aplicarse de manera efectiva en la planificación educativa?

El DUA es un enfoque que propone ofrecer alternativas en las actividades que permitan que el alumnado pueda participar de ellas según las propias capacidades personales. El DUA plantea un marco basado en tres principios básicos del aprendizaje: compromiso, representación de la información y expresión del aprendizaje. Para cada principio se nutre de tres pautas a tener en cuenta para poder ofrecer esas opciones o alternativas. En cada pauta se sugieren una serie de ítems que abordan diferentes estrategias a aplicar. En total, propone treinta y una estrategias posibles.

Esto, que a priori puede parecer algo complejo, se basa en un modelo simple: detectar posibles barreras en las actividades y ofrecer opciones y alternativas para poder reducirlas o minimizarlas sin variar el objetivo de aprendizaje que persigue.

Lejos de ser un método, se basa en que cada docente trate de descubrir barreras presentes en su modelo didáctico y, a partir de ahí, aplique aquellas estrategias que el DUA sugiere en cada caso para tratar de minimizarlas. Dependiendo de las barreras detectadas se pueden aplicar las treinta y una estrategias o solo una. El DUA se aplica en el momento que eliminamos o reducimos cualquier barrera.  

En el contexto del diseño de un currículo inclusivo, ¿cómo se puede garantizar que todas las competencias específicas sean accesibles para los estudiantes?

El nuevo marco curricular ya ha previsto que las competencias específicas sean flexibles y accesibles desde diversos puntos de vista. La redacción de las competencias abre un nuevo marco en el que el docente puede generar diferentes opciones para que el alumnado pueda adquirir la competencia de forma progresiva, contextualizada, accesible y desde múltiples posibilidades para la expresión del propio aprendizaje.

En el diseño curricular se ha de permitir que el alumno pueda ir asimilando conocimientos, habilidades y destrezas que irá incorporando a lo largo de cada situación de aprendizaje, de cada unidad de programación, de cada curso o de cada ciclo. Recordemos que las competencias específicas responden a la conexión entre los conocimientos específicos de cada área o materia y los descriptores de las diferentes competencias clave. Esto hace que la asimilación de la competencia se vaya desarrollando por la suma de todas las actividades que vayan desarrollando a lo largo de su escolarización. No se plantean como un todo o un nada sino como un recorrido, como una aportación progresiva de aprendizajes que hacen que cada vez sea más competente en ese aprendizaje. Respeta el ritmo de adquisición de la competencia.

Además, para adquirir cada competencia específica, es necesario generar situaciones de aprendizaje basadas en las experiencias directas del alumnado, en sus intereses y preocupaciones, otorgándoles un valor de relevancia e importancia para sus vidas. Esto propicia que las barreras que encontraba una gran parte del alumnado relativas a la abstracción y lejanía de los aprendizajes que se les proponían puedan ser salvadas y que cada alumno/a encuentre una forma más directa de comprometerse con el aprendizaje.

Por último, la redacción de las competencias y criterios permite que el alumnado pueda expresar su aprendizaje por múltiples vías, siempre que esa vía preferente nos permita valorarlo. Emplaza al profesorado a no confundir el medio que usa para evaluar al alumnado con el objetivo de aprendizaje perseguido.

¿Cuáles son los aspectos clave a considerar al diseñar una situación de aprendizaje que sea verdaderamente inclusiva y libre de barreras?

Cuando se diseñe cualquier situación de aprendizaje es clave tener presente aspectos importantes como los siguientes:

  • Plantear una propuesta curricular que esté contextualizada en el conocimiento e interés del alumnado. Esto supone un cambio importante en este nuevo enfoque ya que emplaza a que el profesorado sea capaz de conectar los aprendizajes que se prescriben desde la normativa curricular a la realidad de su aula, transformando las tareas y actividades en elementos cercanos y motivadores para el alumnado y, al mismo tiempo, cumpliendo con los mínimos curriculares propuestos.
  • Proponer un reto que motive al alumnado a querer aprender para resolverlo. Para este empeño es necesario que el docente sepa ponerse en el punto de vista del alumnado y saber diferenciar su interés del interés docente. El interés docente es la finalidad que persigue cualquier situación de aprendizaje. El interés del discente es aquello a lo que otorga importancia y sentido en su vida. Resulta importante, por tanto, plantear retos y productos finales que sirvan de excusa al alumnado para comprometerse con la tarea pero que persigan la finalidad que busca el docente.
  • Conectar el nuevo aprendizaje con los conocimientos previos del alumnado. Esto que, a priori, puede parecer algo trivial y obvio, debe plantearse de forma explícita en el aula, diseñando actividades que hagan al alumnado evocar esos conocimientos previos. Si no existe esa conexión entre lo nuevo y lo conocido, el nuevo aprendizaje no será tan profundo ni duradero y, además, generará dificultades en el alumnado que no pueda o no tenga esos conocimientos previos. El aprendizaje significativo adquiere su máximo esplendor en el desarrollo de situaciones de aprendizaje competenciales.
  • Apoyarse en estrategias basadas en el DUA para generar flexibilidad y apertura en las actividades planteadas.
  • Desarrollar de forma explícita la competencia para aprender a aprender como forma de abordar con mayores garantías de éxito los aprendizajes trabajados. Es clave que las situaciones de aprendizaje propongan tiempos para enseñar a aprender y para enseñar a reflexionar sobre lo que se aprende. Hemos dejado en el olvido esta competencia durante demasiado tiempo y creo que hay una gran parte del alumnado que no progresa de la forma esperada o que, incluso, fracasa en sus aprendizajes porque no le dedicamos tiempo a trabajar en el aula estrategias cognitivas, metacognitivas y socioafectivas.

Creo que, si se tienen presente, estos aspectos serían determinantes para diseñar situaciones de aprendizaje inclusivas.

¿Cómo puede la atención a la diversidad en una situación de aprendizaje mejorar la experiencia educativa de todos los estudiantes y promover la inclusión en el aula?

El factor de diversidad es inherente a cualquier grupo humano y, por tanto, es extrapolable al aula. La diversidad enriquece cualquier actividad en tanto que, para atender a todos sus miembros, se debe plantear una propuesta de aprendizaje mucho más dinámica, más participativa, con un papel activo del alumnado. En este sentido, cuando se diseña una situación de aprendizaje, no se debe hacer bajo el planteamiento de que atender a la diversidad es proponer un extra, diferente a lo que hace el grupo, sino que se hace un diseño en el que el grupo es el principal apoyo para el aula. Propuestas colaborativas y cooperativas pueden apoyar el proceso de aprendizaje de todos y todas. Propuestas de multinivelación de actividades pueden apoyar el proceso de aprendizaje de todos y todas. Propuestas donde se generen apoyos a la planificación, procesamiento, organización y monitoreo pueden apoyar el proceso de aprendizaje de todos y todas. Existen muchas formas de atender a la diversidad pensando en planteamientos para todo el alumnado. Unos se beneficiarán en mayor medida que otros pero todos acabarán mejorando su eficiencia en el aprendizaje.